Iniciamos un ciclo de publicaciones acerca de las experiencias y reflexiones de nuestras residentes y sus familias. La fe y la perseverancia están en el centro de estas historias de las que la Residencia universitaria Sagrado Corazón de Sevilla también forma parte. Compartimos en esta oportunidad el testimonio de Aurora: «Mi residencia el Sagrado Corazón», una joven que ha compartido con nosotros tres años como residente.

El propósito es que pueda escucharse de la propia voz de estas jóvenes y sus familiares los aprendizajes obtenidos a pesar de las duras circunstancias que este año nos han tocado vivir a todos.

Este año con todo y pandemia de Covid-19 ha podido completar su carrera universitaria y acumular inolvidables momentos de aprendizaje y hermosas experiencias.  Te invitamos a recorrer el camino de Aurora a través de la emoción que imprime en sus palabras.

Aurora Huertas Torres: “Hace tres años comencé una nueva aventura”

“Mi residencia el Sagrado Corazón”

Hace tres años comencé una nueva aventura. Otra etapa más en mi vida cargada de momentos muy bonitos y para ser sinceros, otros no tanto. La carrera es una carrera de fondo, constancia y tirar hacia delante, cueste lo que cueste, porque “Tú puedes y lo vas a sacar”, frase que me repetía una y mil veces.

Tuve la suerte de poder estar en la Residencia Sagrado Corazón de Sevilla. Me acuerdo del primer día que la pisé, tenía como unos cosquilleos en el estómago de ilusión y a la vez un poco de vértigo. Gracias a la residencia he podido conocer a personas que me han ayudado en mi carrera y aquellas que van a ser amigas para toda la vida. Pero no solo eso, he tenido el privilegio de convivir con las mejores religiosas. Una de ellas es Luz. Estaba siempre animando, con una sonrisa, e intentando ayudar a todo el mundo. Tampoco podré olvidarme de la directora, Teo; tranquila, paciente, pero pendiente de todo, con un corazón muy grande. Y qué decir de Toñi, con ella he echado muchos charloteos y risas. Por último, pero no menos importante, el gran equipo de profesionales – limpiadoras, cocineras, y nuestro maravilloso portero Mario- que ha sabido agradarnos en todo, cuando lo necesitábamos.

«Hace tres años comencé una nueva aventura»

Dios nos ha hecho a su imagen con la capacidad de ser creadores con Él y con la necesidad de llegar a ser semejantes a Él, participando de su divinidad. Toma los dos grandes timones que posees para hacer de tu vida un manantial de gozos y esperanzas: el «timón de la libertad y el timón de la responsabilidad». No dejes que nadie destruya tu vida, ni la manipule, ni la contamine.

Enamórate de la vida de los demás, de tu prójimo. Así como un país necesita ser animado y no solo gestionado, ilusionado y no solo regido, orientado hacia metas últimas, lo mismo ocurre con las personas. Hay muchas lágrimas que puedes enjugar; muchas tristezas que puedes consolar; muchos dolores que puedes aliviar. «¡Enamórate! ¡Permanece en el amor! Todo será de otra manera».

Simplemente, decir gracias, gracias a todas las personas de la resi que han pasado por mi vida en estos tres años y me han enseñado. Porque de cada una de esas personas he aprendido algo. Os quiero mucho y os llevaré siempre conmigo.